viernes, 24 de diciembre de 2010


La melancolía de la tarde me ha ganado el corazón y se nubla de dudas.
Son esos momentos en que uno se pone a reflexionar, y alumbra una tormenta.
Todo es tan tranquilo que el silencio anuncia el ruido de la calma que antecede al huracán.
De repente no puedo respirar necesito un poco de libertad que te alejes por un  tiempo de mi lado que me dejes en paz.
Siempre fue mi manera de ser, no me trates de comprender no hay nada que se pueda hacer, soy un poco paranoico lo siento.
Junto con la luz de la mañana se despierta la razón y amanece la duda.
Hasta ayer, todo andaba bien, y ahora el mundo es tan extraño, cómo hacer para distinguir la sinceridad del engaño.
Es que ando un poco confundido últimamente, no sé si confiar en mi forma de actuar o entregar el control y dejarme llevar. 
Puede ser que un día en algún lugar encuentre lo que yo ando buscando, pero de algo tengo seguridad que no va a ser sentado esperando.
Frente al abismo de la soledad siento una boca en el pecho que no para de hablar.

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